por Mirella Machancoses

Portada del libro de Shawna Potter, que va a ser un continuo referente durante estas líneas.

Hace tiempo que llevaba la idea de hacer un post en este blog sobre comunidad, cómo dirigirla y hacerla más sana y reflexionar sobre las actitudes que perpetuamos en nuestro entorno sin apenas darnos cuenta y que hace que gente perteneciente a colectivos minoritarios en el hobby no se sienta bienvenida. Cuando comencé a preparar el artículo, me encontré con un libro fantástico «Cómo crear espacios más seguros» de Sawna Potter, editado por Orciny Press, y que estructuraba muchos de los pensamientos que había tenido yo respecto a este tema. Antes de comenzar, pues, os quiero dar las gracias a todas las que contribuisteis a que pudiera comprarlo con una donación en mi ko-fi. ¡Sin vosotras no hubiese sido posible un artículo tan completo!

Me ha llevado bastante tiempo el estructurar qué quería poner en este artículo (¡el tema es larguísimo!) y como dividirlo para que sea más útil para todas las que lleguéis hasta él. Como algunas pudisteis ver ayer, tuve que retirar el artículo y replantearlo. Así pues, lo que finalmente estáis leyendo se va a estructurar en dos partes: ésta, y una dedicada a las organizaciones. En esta primera hablaré sobre el concepto y nuestras acciones individuales, y la segunda la dedicaré a cómo implantar todo esto en tu organización. Con todo ello espero ayudar bastante a cambiar el paradigma de este problema.

¿Por qué necesitamos espacios más seguros?

La primera semilla de este artículo nació de un par de discusiones por grupos de Telegram roleros, tras tener que afear algunos comentarios de cariz discriminatorio que sucedieron en ellos. Ninguno de ellos era una amenaza de muerte o violación, pero sí comentarios despectivos ante las mujeres y su papel en el mundo. Chistes «inocentes» para muchas personas pero que me hicieron sentir muy violenta y poco bienvenida en ese espacio.

Todas tenemos derecho a gozar de nuestro hobby de manera segura

Al hacerlo, saltó la polémica. Fui atacada, llamándome exagerada, diciendo que eso era una broma sin importancia, etc. por una parte de los participantes en esos grupos. Sin embargo, hubo una serie de comentarios, por privado la mayoría, que aún me resultaron más chocantes, y que acabaron de provocar la necesidad de escribir algo como esto: el comentario de algunos hombres «aliados» que hablaban de que no merecía la pena entrar en esas discusiones, que era violento para ellos y más cómodo mantener un perfil bajo. Pero, como les dije, ellos tienen el privilegio de poder callar, porque los ataques no van para ellos, porque ellos no son los expulsados de la zona. Y estoy cansada de irme y ceder espacios, si os soy sincera.

Y, evitarlo, tiene que ser trabajo de todas y todos. Porque cada palabra cuenta. Porque necesitamos que cuando una mujer, o un inmigrante, o alguien de una etnia minoritaria o un chaval trans, llegue a nuestros entornos, encuentre un sitio donde sentirse segura y protegida, donde su género, etnia, nacionalidad, apariencia, capacidad, u opción sexual no sea motivo de mofa, por leve que sea. Donde sienta que, si alguien propasa esos límites (que recordemos que son parte de los derechos humanos), el resto salgamos a defenderla. Un espacio, al fin y al cabo, más seguro para todas, incluido las que ya estamos en ellos.

¿Por qué «más seguros» y no simplemente seguros?

Como algunos sabéis, colaboro de vez en cuando con el grupo del Santuario de Selene, dedicado a implantar protocolos de seguridad en los vivos, y llevábamos un tiempo no solo planteándonos cómo mejorar los protocolos existentes (en breve tendréis el nuevo publicado), sino hablando de hasta qué punto se puede garantizar 100% la seguridad en un evento, y lo importante que es reaccionar cuando ocurre, además de haberlo evitado. Por eso, cuando leí la definición de Potter de «espacio +seguro» tuve claro que ese era el término que acaba de cuadrarlo todo.

No existen espacios completamente seguros. Duele decirlo, pero es así. Ni todas las medidas del mundo pueden garantizar que nadie vaya a irrumpir en el espacio, voluntariamente o por desconocimiento, y violentar a alguna de las presentes de una manera u otra. Hay factores individuales en todo esto que siempre van a estar fuera de nuestro control. Y es bueno saberlo y aceptarlo.

Por tanto, debemos centrarnos en hacer todo lo que esté en nuestra mano, tanto si somos organizadoras como asistentes, para que los espacios que frecuentamos, en este caso roleros, sean lo más seguros posibles. Nada más ni nada menos.

Además, debemos aprender a no torturarnos por ello. Cuando pongamos medidas, pueden fallar, y para eso estarán los protocolos. Si nos quedamos solo con ello, dejaremos de intentarlo, y eso será peor para todas. Y que conste que lo digo con conocimiento de causa. Producciones Gorgona, y en general todos los espacios en los que colaboro, intentan ser lugares más seguros. Y, sin embargo, cuando alguna persona dice que ha sufrido acoso en tu espacio, se te cae el alma a los pies, te torturas por no haber estado más atenta, por no haber visto venir aquello. Pero muchas veces es imposible, y lo que te va a distinguir de espacios menos seguro, es cómo reaccionas ante ello.

¿Qué consideramos acoso?

Hay tres grandes problemas cuando somos testigos de acoso. El primero, sin duda alguno, es aprender a identificarlo cuando no somos nosotras las víctimas del mismo. El segundo, aprender porqué es esencial que intervengamos, y que esto no lo hace peor. Y, por último, aprender a intervenir de forma segura. Así que esta va a ser la estructura que voy a seguir durante los siguientes apartados.

Así pues, lo primero que tenemos que hacer es aprender a identificar el acoso. Un acoso que puede ser físico o verbal, y estar basado en múltiples factores: preferencias sexuales, género, religión, raza, capacidad, tamaño, edad, clase o cualquier combinación de éstas. Y, sobre todo, puede ser que lo que alguien considera acoso, tú no lo consideres como tal. Y en ese momento, se multiplican los problemas.

Por ello, la prioridad debe ser siempre creer a la persona que ha sufrido acoso, aquella a la que normalmente llamamos víctima (aunque ella puede no considerarse como tal). Tendremos que aprender a poner a las víctimas en primer plano, intentar comprender porqué eso resulta molesto y qué podemos hacer para hacerlas sentir más cómodas.

¿Por qué debemos intervenir?

Todas somos responsables de intervenir cuando presenciamos el acoso. Y debemos formarnos para detectarlo

La intervención es esencial en estos casos. Somos una Comunidad, aunque a veces pueda parecernos que está fragmentada o incluso enfrentada, en realidad nos unen vínculos fuertes: interactuamos en los mismos espacios tanto on-line (twitter, telegram, foros, discord, etc.) como presencial (jornadas, mesas, clubes, roles en vivo, etc.), frecuentamos las mismas tiendas, consumimos un ocio similar, etc. Por tanto, hacer que cada uno de esos pequeños espacios sea más seguro para todas puede cambiar de manera fundamental el pequeño mundo por el que nos movemos.

El problema es que muchas veces nos parece que, interviniendo, podemos hacer que las cosas sea peor para la víctima, o que la situación escale y se vuelva más violenta. Sin embargo, y aunque esto puede darse (y veremos luego modo de evitarlo), como bien recoge Potter (p.13), los estudios científicos recientes han descubierto que:

  • La no intervención de los testigos agrava la respuesta emocional del blanco del acoso
  • La intervención de los testigos tiene una influencia positiva en el blanco del acoso, aunque sea con una mera mirada de comprensión.
  • Cuando el testigo se enfrenta al agresor es más probable que el acoso se detenga.

La realidad es que las personas marginadas experimentan discriminación en los espacios públicos, y esto incluye los espacios roleros, aunque no nos guste verlo. Es necesario que hagamos saber que están en un espacio más seguro para ellas. Aunque hablaremos de todo ello en próximos artículos, lo esencial es ser público ante ello.

Cómo intervenir: las 5D

En el rol, como en la vida, aplica las 5D contra el acoso

Una de las dudas que surgen siempre es cómo intervenir, y para ello, es imprescindible conocer las 5D de las que nos habla Potter y cómo pueden provocar un efecto positivo en las situaciones de acoso/discriminación. Recuerda que no tienes porqué ser agresiva con los acosadores si te preocupa tu propia seguridad, de la misma manera que no tienes que consolar a las víctimas si tienes miedo de ser fría o poco sincera.

Quiero dejar claro que esto tan solo son unas pinceladas sobre cómo actuar, y que si estáis verdaderamente interesadas en el tema, Potter habla en su libro en profundidad sobre cada uno de estos aspectos.

Dirígete

Esta táctica puede ser un poco arriesgada, pero a la vez es una de las más efectivas. Consiste en hablar con el agresor, dejando claro de una manera breve y concisa que su comportamiento no es aceptable en ese grupo. Usa frases cortas, concisas y no entres en discusión.

En entornos online, es una técnica que se agradece bastante, si no se convierte en un modo de dar altavoz a la persona agresora. En ese caso, reseñad el tipo de comportamiento y sed firmes en el no entrar a debatir mucho más allá.

Distrae

Hay que saber leer bien la situación y elegir el método de distracción que vaya más a tono, para romper el incidente. Puede que este sea un método menos utilizable en entornos roleros, pero a mi me salvó de una situación muy incómoda en unas jornadas. Un hombre me había acorralado contra una pared, discutiendo mi anterior intervención en una conferencia rolera feminista (no se había atrevido a actuar en público) y me sentía incómoda y agobiada. Fue entonces cuando unas amigas interrumpieron diciendo que me necesitaban para arreglarse para los vivos de esa anoche, y me sacaron de allí corriendo. Es de las veces que más he agradecido en mi vida una intervención ajena, en unas jornadas de las que yo misma era organizadora.

Delega

Busca asistencia de una tercera persona si no estás segura de cómo actuar o tienes miedo. No siempre tiene porqué ser llamar a la policía (salvo que lo pida la víctima), sino basta que sea alguien de confianza cercano, con maniobra y posición para actuar. En el caso del rol, la manera más fácil suele ser acudir a alguien de organización, especialmente si hay gente formada en un punto violeta en el evento.

Después

Comprueba cómo está la víctima después de la agresión. Esto va a suponer una enorme diferencia para ella, incluso si no has podido cortar la agresión. Céntrate en preguntarle cómo se siente y, sobre todo, qué puedes hacer por ella.

Dado que en el rol somos un mundo pequeño, y casi todas coincidimos más allá del momento en el que esta agresión pueda producirse, yo suelo intentar hablar con la víctima no solo en los momentos posteriores si no un tiempo después, cuando algunas cosas han asentado, intento ver cómo se encuentra y si ha cambiado de opinión sobre qué se debe hacer.

Documenta

La documentación siempre es uno de los temas clave respecto al acoso. Por tanto, grabar un incidente puede ser de mucha ayuda (o hacer capturas de pantalla en el caso de agresiones online, etc). No te expongas para hacerlo (si es en directo) y nunca lo subas a internet o utilices sin el permiso de la víctima.

Mi consejo personal, al margen de lo que pone Potter en su libro, es que guardes las agresiones (especialmente capturas) en una carpeta no demasiado a la vista, pero que sigan recogidas por si en algún momento, tú o una compañera necesita denunciar. Por ejemplo, yo guardo capturas de una agresión a un server de Discord de rol feminista, por lo que pudiera pasar (incluyen amenazas de muerte, para que os hagáis una idea).

Tu papel en la comunidad

Al margen de las 5D en sí mismas, siempre puedes hacer algo contra el acoso, todo el mundo puede aunque no lo parezca. Estés a un lado u otro de la pantalla, escribiendo para editoriales, o simplemente debatiendo en un grupo, puedes hacer cosas para cambiar la situación y hacerla mejor para todas. Obviamente, el papel que puedes tener en ello va a depender muchísimo de la posición que ocupes en la comunidad.

Dejaremos al margen la posición como organizador del evento, en la cual ahondaremos en la parte II de esta serie de artículos, y nos centraremos en las otras dos: como máster/autor y como jugadora.

Máster/ autora

Cuando estaba leyendo el libro de Potter, muy centrado como está en el mundo del espectáculo, me di cuenta de la importancia que le daba al papel del artista en acabar con el acoso en las salas de conciertos. Parándome a pensar qué posición tenemos en el mundo del rol equivalente, la conclusión fue clara: la máster o autora; una figura que es más que el mero asistente pero que no suele tener el poder de decisión de quien regula el espacio (si estamos en un club, jornadas, etc.). En el caso de los roles en vivo muchas veces esta figura coincide con la del organizador, pero las cosas que éste puede hacer no son excluyentes.

Independiente de la política que tenga el club o las jornadas donde estás dirigiendo, la gente te escuchará si expones la tuya. Haz que la gente sepa tus principios, remárcalos en publicaciones en tus redes sociales o en entrevistas (en el caso de las autoras), etc. Haz saber que quien necesite ayuda en las jornadas puede contar contigo, y que tu mesa será un espacio seguro más allá de las normas generales (uso de herramientas de seguridad, prohibición de la discriminación, adaptación a las diferentes discapacidades, etc.).

Además, es importante que hables de ello y de lo importante que es para ti que el espacio en el que te mueves sea lo más seguro posible. Por ejemplo, pregunta a las jornadas a las que te inviten si tienen protocolos de seguridad, normas antiacoso, etc. Y, si no puedes conseguir que las implanten, al menos haz del lugar un entorno más seguro mientras estés allí.

Si tienes ya cierto nombre, puedes además presionar un poco para que estas medidas se implanten, o para que se tomen acciones contra la gente conflictiva que participa en ellas. Es un papel que requiere cierto valor (te van a llover algunos palos) pero que es muy gratificante, y ayudarás un montón a ir cambiando, poco a poco, el entorno en el que nos movemos.

Jugadora

Aunque pueda parecer lo contrario, como jugadora (sea del tipo que sea) también tienes cierto poder para cambiar las cosas, tanto a corto como a largo plazo, y con un montón de opciones diferentes. Obviamente, tu voz, individualmente, puede ser menos oída que la de una autora o una organizadora de evento, pero está ahí y puede dirigir numerosos cambios. Y es que, en una comunidad, la unión hace la fuerza.

Una de las tácticas habituales es el conocido boicot, dejar de ir a unas jornadas o a un rol en vivo porque la organización no garantiza la seguridad o ha amparado a acosadores entre sus filas, de un modo u otro. Y, aunque es un método totalmente válido, no va exento de problemas, especialmente en espacios grandes, ya que los acabas cediendo a aquellas personas que no tienen los mismos principios, empeorando todavía más la seguridad de los mismos.

Así pues, siguiendo lo que dice Potter al respecto y de lo que ya he hablado otras veces, más vale centrarse en construir que solo en destruir. Por ello, hay una serie de cosas que podemos hacer de manera activa para conseguir que los espacios cambien y se adapten. Y no es tarea fácil ya que no hay una táctica única y perfecta, y habrá que adaptarla a cada persona y situación.

Por ello os voy a dejar una serie de consejos adaptados a nuestro medio, que espero que os sean útiles.

CONSEJOS

  • Cuando hagas una lista de algo (autores favoritos, comunicadores, etc.) piensa si has puesto en ella mujeres, personas del colectivo LGTBI+, discapacitadas, racializadas, etc. Si no, plantéate si conoces a alguna que podrías citar. Verse representado es un mundo, y ayuda a sentirse incluida, además de abrirles camino en la profesión.
  • Si ves que pasa algo, intervén (usa las 5D que he citado arriba). Eso incluye parar a tus amigas si hacen comentarios ofensivos o despectivos. E incluye los grupos de Telegram o cualquier red social.
  • Da prioridad a apoyar el rol hecho y editado por gente diversa y activa en la lucha por la igualdad.
  • Aunque una persona haya bebido o tomado alguna sustancia, no es motivo para el abuso. Si tienes dudas sobre si alguien está dando su consentimiento (por ejemplo, en una fiesta postvivo o en unas jornadas), intervén y compruébalo. Si tienes dudas sobre cómo crear una cultura del alcohol más sana, tenemos también este artículo dedicado a ello.

¿Y si he sido yo?

No es fácil admitir que puedas ser responsable de abuso y/o conductas discriminatorias, o colaborador de ello, pero casi todos lo podemos haber ejercido en algún momento de nuestra vida, aunque sea por desconocimiento. Por ello tenemos que aprender sobre ellas, seguir deconstruyéndonos y reflexionando sobre nuestras identidades y también sobre cómo nos relacionamos con el mundo. Y, obviamente, tomar medidas para que esto no vuelva a suceder. Potter tiene varios capítulos dedicado a ello en su libro, así que si quieres más información, ya sabes donde puedes consultarla.

¿Y si ha sido a mi?

Aunque no lo parezca, a veces identificarte como víctima aún es más difícil. A mi me ha costado años descubrir que algunas conductas que me habían resultado sumamente incómodas en entornos roleros habían sido acoso o conductas machistas. Pequeñas gotas que me habían hecho sentir incómoda y no saber cómo actuar. Incluso cuando un «amigo» se me metió en la cama tras un rol en vivo, y no aceptaba el no por respuesta, me costó mucho admitir lo mal que estuvo y que yo no tuve la culpa de ese acoso. Un acoso que pronto se vio refrendado por testimonios de otras mujeres asistentes a ese mismo evento y otros temporalmente cercanos (meterse en la ducha de otra mujer sin consentimiento, hacer fotografías de mujeres mientras se cambiaban, etc.).

En el momento, aunque fui firme en sacarlo de allí, y el tema no fue, por suerte, a mayores, me sentí culpable por no haber sido más firme, por no haber levantado la voz en la comunidad, por lo que mi silencio pudo ayudar a que volviese a haber más víctimas. Me ha llevado años descubrir que no tuve la culpa, que no hacer más como víctima es una respuesta completamente válida. Era joven y no había leído ni me había informado como ahora, pero ser más dura conmigo misma no me llevará a ningún sitio, ni cambiará la situación que viví yo ni otras mujeres de mi alrededor.

Así que si os encontráis en una situación en la que os sentís acosadas o discriminadas, haced lo que podáis y sepáis en ese momento, y no os torturéis si no conseguís llegar más lejos. Personalmente, me ha servido de mucho leer el libro de Potter para saber cómo actuar en el futuro, y espero ir aplicando todo lo aprendido poco a poco.

Acciones futuras

Con este primer artículo, espero haberme acercado a qué es esto de crear comunidades más seguras y la responsabilidad que tenemos todas y cada una de nosotras en conseguirlo. Aunque lo ampliaré, no quería dejar de apuntar una serie de acciones futuras que creo que van a ser el pilar de trabajo al respecto en los siguientes años.

Actuando como Comunidad

En definitiva, tenemos una responsabilidad como Comunidad de cambiar la pequeña sociedad donde nos movemos, y crear un lugar más seguro para todas. Por eso, juntas podremos hacer una serie de acciones, ya no en el momento, sino a largo plazo para evitar estos comportamientos. En los siguientes artículos hablaré de qué puedes hacer como individuo y como parte de una organización, pero no quería acabar esto sin decir que necesitamos establecer unos valores y prácticas que se opongan al abuso y la opresión y que necesitamos abordar los comportamientos abusivos de otros miembros de la comunidad. Y esto pasa por crear elementos de seguridad y apoyo a las víctimas, pero también actuar en los casos que presenciemos. Una comunidad somos todas.

Protocolos

Tenemos que establecer protocolos de actuación en casos de acoso, adaptados a las necesidades de nuestra pequeña comunidad. Hablaré de ello en el siguiente artículo, pero no puedo acabar sin señalar lo importante que es esto. Si no sabéis qué es un protocolo, el Santuario de Selene tiene bastante información al respecto, y presta su ayuda para incorporarlo en vuestros eventos.

Formación

Nadie nace aprendido, y las organizaciones y espacios roleros tampoco. Está bien que exijamos unos mínimos de seguridad, pero tenemos también que dar cierta formación para aplicarlos de manera concreta, así como talleres de cómo tratar a las víctimas y gestionar problemas potencialmente difíciles. Para ello, sería genial establecer formaciones para las organizaciones interesadas, donde todas las implicadas pudieran aprender trucos al respecto.

Eventos sin sesgo

Una de las cosas más importantes será creando eventos sin tanto sesgo (¡muchas veces inconsciente!). Para ello tendremos que tener equipos de trabajo y mesas más variadas en género, etnicidad, presencia LGTBI+, etc. De ello hablaremos, desde el punto de vista de la organización, en la III parte de esta serie de artículos.

Si quieres seguir leyendo, puedes hacerlo:


Este post no hubiese sido posible sin vuestra colaboración en Ko-fi y os pido que sigáis haciéndolo para seguir con un montón de labores más encaminadas a hacer de nuestro entorno rolero, uno más seguro para todas: