por Mirella Machancoses

Cuando empecé a hablar de mi vestuario para la Leyenda de las 1000 tormentas III, de Azarkia Rol en Vivo, muchas me dijísteis que estábais interesadas en seguir el proceso y que os contase cómo lo había hecho para conseguir un vestuario interesante por el mínimo precio posible. En redes sociales fui hablando de ello con un hagstag un poco particular, #faralaepirata, y ahora veréis porqué.

Objetivo

El objetivo de este proyecto era conseguir un vestuario para un evento de piratas, al menor coste posible. Leyenda de las 1000 tormentas es un evento con fuerte componente lúdico, de cachondeo y familiar, y quería adaptarme lo más posible a ello. Como acudíamos en familia (nosotros dos y los dos peques), mantenernos en un presupuesto mínimo era indispensable para que saliese rentable.

Os conté en este artículo cómo conseguir vestuario barato, pero esto quiero que sea un ejemplo práctico, de principio a fin. Esperemos que os sirva para haceros una idea.

Ulysia y los argonautas, mi personaje (y tripulación)

Acudimos al evento con una tripulación y un personaje creados por nosotros, para poder regular el contenido que dábamos al juego familiar. Dentro de la tripulación éramos dos familias, con dos niños de seis años y la bebé. Como los dos niños tienen obsesión por los mitos griegos (no vamos a juzgar, en realidad se llaman Jano y Jasón, algo hemos hecho los padres al respecto), decidimos que ese tema sería el central de la tripulación, a la que llamamos los Argonautas.

Los Argonautas eran unos piratas obsesionados por lo griego, que solo conocían gracias a historias fragmentarias que habían conseguido ir reuniendo. Por tanto, éramos más falsos que una moneda de 15 céntimos y podíamos mezclar y hacer lo que nos viniese en gana con todo aquello (ya os contaré el vivo en otro post).

Un poco de rebote, me acabó tocando ser la capitana, y la bautizamos Ulysia (Ulises pero en chica, así de sencillo). Y como quería llevar cuernos, decidí que venía del mundo faérico (sí, eran piratas pero cabía todo en la partida). Con poco más de eso construí su historia y tuve los puntos básicos del personaje:

  • Look piratesco con poco rigor.
  • Lugar para los cuernos en lo que llevase en la cabeza
  • Homenaje a los mitos griegos (si cabía).
  • El traje tenía que permitir amamantar en él sin esfuerzo

Así que vamos a ver cómo llegamos a ello.

Buscando en los viejos baúles

Lo primero que hay que hacer en cualquier proyecto low-cost (o en cualquiera) es buscar en los baúles/armarios/altillos o lo que tengas, qué objetos puedes reutilizar para tu nuevo look. A veces, elementos ya usados, estilizados de manera diferente, dan un resultado totalmente fresco, y no sientes que estés volviendo a llevar lo mismo.

En mi cabeza, había vestuario de varios vivos/eventos que me podía servir de base. Por un lado, el vestuario del otro vivo de piratas (Más históricos y yo no llevaba una pirata) al que fui hace como 10 años, un antiguo vestuario steampunk de exploradora, el vestuario pirata-steampunk, y una camisa que llevé a un evento de Ánima que dirigí hace como 15 años. El primer mazazo fue encontrarse con la realidad: de todo ello solo podía reutilizar la camisa blanca de ánima y como máximo las camisas del de piratas (que en principio decidimos utilizar para el vestuario de Pepe (en el que no entraré). Es lo que tienen los cambios de peso, no siempre te vale todo lo que acumulas. A la caza y captura de una buena base

Rastreando una buena base

Traje de 10€ sobre el que comenzó el proyecto.

Visto el desastre de rebuscar en los armarios, decidí que solo podía reutilizar las camisas (en concreto la blanca de la foto superior, con más de 15 años de vida) y complementos que tenía por ahí: armas, cinturones de cuero, etc. Dependiendo del resto del traje, decidiría.

Así pues, era momento de salir a buscar algo que me sirviese de base. Si alguna vez habéis estado en una tienda de telas, veréis que estas son caras, y encima necesitan bastante tiempo para confeccionarse. Debido a la situación familiar, era algo que prefería evitar, así que fui a mi sitio favorito para encontrar piezas de vestuario: el mercadillo del barrio. La intención era encontrar una falda larga de estas fruncidas en volantes, que recoger en un lateral para darle un toque piratesco, que completar con un corsé.

La verdad es que esta vez di muchas vueltas y, cuando ya había perdido la esperanza de encontrar algo, mi madre señaló la solución: un puesto de vestidos para la feria de abril. Aún recuerdo la frase de… ¿y tú no querías volantes? Ahí hay volantes. Así que nos dirigimos al puesto, y estaban un montón de vestidos, con metros y metros de tela, por tan solo 10€. ¡Era ideal!

Tras mucho buscar, decidí coger el amarillo y verde de la foto (algunos habéis dicho que parezco Pepa la de Encanto, no me arrepiento de nada), y adaptarlo para que pareciese pirata. ¡Y allá fuimos!

Adaptando la base

La manga, descosida, sin hacer nada más. ¿Era o no una falda bebé?
La bebé con la falda y mi pistola, ya en el vivo.

Teniendo ya la base, lo siguiente fue adaptarlo a la idea que tenía en mente. El primer paso fue acabar con las mangas, culpables en gran parte de que no se pareciese en absoluto al traje pirata que tenía en mente. En un principio, quería usar la tela para el sombrero (cosa que hice en parte, como veréis luego), pero al desmontarlas me llevé una sorpresa: al extender una de las mangas, vi que parecía una falda en miniatura. ¡En concreto del tamaño de la bebé! Así que con una goma, esa manga pasó a ser la falda, a conjunto, de nuestra más pequeña grumete de la tripulación. ¡Un dos por uno!

El segundo paso fue sacarle las costuras laterales para que me entrase de cintura (me faltaban un par de centímetros). La verdad es que fue un proceso fácil que no llevó demasiado tiempo: un par de costuras descosidas y un par de tiradas con la máquina de coser para tenerla ya lista a mi medida. Con ello, el cuerpo ya me entraba y podía comenzar la verdadera transformación.

Al ver el traje, tenía claro que no quería convertirlo en una mera falda, sino aprovechar para que tuviese una especie de corset underbust incorporado. Así, podía llevar algo cómodo y menos artificioso, que teniendo que amamantar a una pequeña de 8 meses durante el evento. La camisa, al tener un cuello tan amplio, permitía la extracción del pecho por la parte superior, sin ningún inconveniente.

Así pues, marqué justo la línea por donde acababa la cremallera trasera, para no tener que modificar el cierre del vestido, y corté. Cortar siempre es el momento clave, ya que no tiene vuelta atrás. Pero total, había costado 10€ e íbamos a sacar dos trajes, así que ni tan mal. Abajo podéis ver cómo quedó en el proceso, y puesta sobre la camisa. Camisa que, por cierto, durante los años había perdido el elastán de las gomas de las mangas y tuve que sustituirlas (aproximadamente 1€, incluyendo la goma para la falda de la peque).

Una vez cortado y cosido a máquina (total, tres costuras para adaptar todo el traje), fue el momento de recoger los pliegues laterales. Aunque no se vea bien en las imágenes, el traje tenía dos faldas, una a modo de enagua, y la sobrefalda de la tela del resto. La sobrefalda se recogía ya en cuatro lados (mirad la primera imagen del traje), dos veces delante y dos detrás. Decidí recoger los dos delanteros todavía más, para darle un toque más piratesco, y subirlos hasta la línea de cintura. Eso lo hice con aguja e hilo de toda la vida, reforzando todo lo que pude la puntada para que aguantase el peso. Ya os digo que no lo conseguí y que uno de los lados se cayó durante el evento y tendré que recoserlo.

Con esto, había acabado la base del traje. Me probé los complementos (foto de la derecha) y decidí usar un cinturón negro asimétrico de cuerpo (¡del de verdad!) que cogí del rastro por 1€ hace ya tiempo y no había estrenado, al que le añadí un portaespadas (que cambié finalmente por uno negro de aliexpress que me costó 8€ y con el que no acabo de estar contenta).

El proyecto del sombrero

Como podéis ver en la foto superior, ¡también me había hecho un sombrero! La verdad es que de todo lo que hice en ese proyecto, el sombrero es mi mayor orgullo. Como he contado arriba, Ulysia era la capitana de la Argos, por lo que quería que llevase un tricornio, pero a la vez quería usar uno de mis geniales cuernos de Creadores a Sueldo, así que necesitaba algo muy pequeño, que cupiese en el medio. Así que la solución fue… ¡minihat pirata!

Era la primera vez que hacía un sombrero de este estilo desde cero así que estuve documentándome hasta que encontré un tutorial que me convenció. Usaba una pelota de básket y fieltro de manualidad para hacer la parte redonda. Elegí una pelota de mini-basket para que tuviese el tamaño adecuado, y procedí a conformar el fieltro. La idea es empaparlo de agua e ir dándole forma, estirando, sobre la pelota, y luego ponerle cola blanca, mucha cola blanca, y dejar secar. Yo puse dos capas de fieltro (cuadradas) y usé una goma alrededor para ayudarme a estirarlo todo lo posible y que no quedasen arrugas. Luego solo quedó recortarlo.

Tras que estuvo seco y despegado de la pelota, corté un círculo grande para el ala, tomando como centro del círculo concéntrico la media esfera que habíamos creado. Calculé el diámetro del ala según pensé que quedaría mejor, probando primero sobre papel de periódico antes de recortar el fieltro que quería usar. Una vez recortado el círculo, lo cosí a mano a la semiesfera, creando un sombrero de ala ancha, que luego fue cosido en sus tres lados a la semiesfera, para crear la típica ala recogida de un tricornio.

Una vez acabada la base del tricornio, quedaba decorar. Fue el momento de buscar por casa todo lo utilizable. Por un lado, quería usar la otra manga del vestido para hacer una roseta a conjunto, que acabase de coordinar, así que la desmonté en tiras y fui jugando con la tela. En principio, quería haber usado tanto la tela amarilla como la de puntos y hacerla concéntrica, pero el adorno era demasiado, hasta para mí, así que lo dejé en la amarilla. Luego encontré el fabuloso cordón dorado que tenía un metro y algo sobrante de otro proyecto de hace años, así que lo cosí a mano a la esquina del ala, lo que realzó muchísimo el conjunto.

Para acabar de redondear el conjunto, con otro cordón dorado y unas borlas sobrantes de un collar de «recreación» romana, le puse unos colgajos tras la roseta, que elongaban la vista hacia abajo. La tira amarilla la fruncí y la cosí a uno de los trozos sobrantes de fieltro recortado en forma de círculo, y para completar, le pequé (con cantidades ingentes de pegamento termofusible) el camafeo con su soporte y una flor para rematarlo arriba (todo sobrantes de proyectos de hace mil años). Por último, lo cosí a la diadema de los cuernos… ¡y listo para surcar los mares!

En total, gasté unos 3€ en fieltro, y el resto de los materiales de este proyecto salieron de casa: la colablanca, la tira de tela del vestido, un camafeo, las tiras de adorno, etc. Ya os digo yo que tener una obsesión por la máxima «no es basura, es atrezzo» no ayuda a tener una casa minimalista, pero sí a que no te falte de nada para proyectos así. No puedo estar más contenta con el resultado.

Conclusión

Pues, como veis, conseguí hacerme el conjunto a base de aproximadamente unos 15 € y acumular mucha basura en casa (triste pero cierto). Si vemos los objetivos que me había marcado al principio, podemos ver que casi los he conseguido todos: es pirata, es bajo coste, poco trabajo y accesible a la teta. Lo único que no hice al final es ponerle el toque griego, lo que fue una pena, pero tuve que sacrificarlo en pos al conjunto.

Y, para que os riáis un rato, si os fijais en las horrendas fotos del vivo (espero que cuando lleguen las de los fotógrafos tenga mejores, porque me olvidé de sacarme una en condiciones), ¡no llevo la camisa blanca de la que tanto he hablado! El viernes noche me la puse para salir un rato al prejuego y la niña me la vomitó encima, así que tuve que robarle una a mi marido que llevábamos «por si acaso», y que también era parte del fondo de armario que tenemos. Eso acabó conmigo llevando rallas y topos en el mismo vestido, lo que va en contra de todo lo que creo pero que., sorprendentemente… ¡no quedó tan mal! Era eso o ir en tetas. Lección aprendida, cuando vayas con bebés, ¡hay que llevar ropa extra!

Espero que ver esto os anime mucho a intentar vuestros propios proyectos de bajo coste para ir a los roles en vivo, y que el vestuario no sea la barrera que os deje fuera. ¡Disfrutad!


Como siempre, si os ha sido útil el post, agradeceríamos mucho que nos invitáseis a un café.