por Mirella Machancoses

Hoy voy a hacer otro de esos post muy personales, igual más que los últimos que he estado escribiendo, pero creo que necesito hacer esta reflexión, sentarme a reflexionar sobre una sensación que, al menos a mi, me hace disfrutar mucho menos de la afición rolera: El FOMO.

¿Y qué es eso de FOMO?

FOMO son las siglas en inglés de Fear Of Missing Out, que podemos traducir por Miedo a perderse cosas, pero MAPC tiene muchísima peor sonoridad para hablar, así que seguiré usando FOMO durante este artículo.

El FOMO es un concepto que se ha puesto en auge, sobre todo, en esta era de redes sociales, donde te enteras de todo lo que pasa a cada uno de tus amigos o vecinos, y no puedes parar de repetirte: ¿ha pasado algo y no me he enterado? ¿porqué alguien está de vacaciones y yo no? ¿Han quedado y no me han llamado?, y un largo etc.

El FOMO rolero

Solo con parte de la lista de suscripciones de YouTube ya te sube el FOMO a tope.

El FOMO es una sensación que he tenido en el rol muchísimas veces, pero que se ha visto acrecentado en dos momentos fundamentales. El primero de ellos fue al entrar en la comunidad internacional de rol en vivo, hace unos siete u ocho años, cuando descubrí las maravillas que se estaban haciendo por ahí y a las que no iba a volver a asistir. Veía las fotos, miraba cada convocatoria, y me torturaba por no estar entre los privilegiados que podían hacer todos esos viajes internacionales para estar en el próximo vivo de moda. Una sensación que se acrecentaba por pensar que teníamos muchísimo que aprender en España de todo lo que se estaba haciendo fuera. Qué equivocada estaba, pero eso nos da para otro artículo entero.

El segundo momento ha sido hace menos tiempo, ya en Pandemia, cuando comencé a participar activamente en la comunidad rolera de Twitter, creando contenido para rol en mesa por primera vez, y metiendo cabeza en todo el circuito de rol indie y de rol por internet. En poco tiempo, estaba abrumada por la cantidad de canales, las partidas emitidas, los juegos publicados no solo en España sino en el resto del mundo. Sentía que yo era menos, que nadie me quería en sus mesas de juego, que jamás iba a poder estar al día de todo lo que se hacía, se publicaba o se reflexionaba a nivel rolero. Esa sensación de tenerlo todo al alcance de la mano y no poder alcanzarlo era totalmente abrumadora. Y lo sigue siendo en cierto modo, aunque intento lidiar con ello de la mejor manera posible.

No podemos tenerlo todo

La primera frase con la que he tenido que convivir ha sido esta, aceptar que no podemos tenerlo todo. Igual que no caes bien a todo el mundo, no todo el mundo querrá rolear contigo, o tú con ellos. Por suerte, el rol se ha convertido en una afición muchísimo más extensa que cuando empecé hace más de 20 años, así que, para bien colectivo, ya es prácticamente imposible controlar todo el rol que se publica en España, y mucho menos a nivel internacional, ni conocer todas las asociaciones ni grupos de juego, y, mucho menos, comprarlo todo o jugarlo. Es materialmente imposible.

Así que los que os sintáis como yo, igual os ayuda focalizar vuestra mente en esta frase, aceptar que esa es la circunstancia y aprender a desconectar y a aceptar que no somos infalibles, que esta no es nuestra profesión (¡o aunque lo fuese), que no somos omnipotentes ni podemos pretender tenerlo todo, saberlo todo, jugarlo todo. No hay horas al día.

El círculo vicioso de las RRSS

Uno de los elementos que más nos están ayudando a entrar en esta espiral, como sucede con la vida fuera del rol, son las Redes Sociales. Estas están diseñadas para que entremos en un círculo vicioso en ellas para buscar la visibilidad, la aceptación y engancharnos el mayor número de horas posible a ellas. Y en ello pienso cada vez que veo la enésima polémica rolera en twitter, o a algien quejándose del poco impacto que tiene su publicación de contenidos en la rolesfera.

Se cuqui. Porfis, gracias.
Como diría Lau: «¡Sed cuquis!»

Y créeme, lo entiendo, me pasa muchísimas más veces de las que desearía. Hay posts de este blog que apenas reciben cinco o seis likes cuando los publico, pese a los esfuerzos que hago de promoción, y las horas dedicadas a escribir los artículos. Es cierto que cansa. Pero cuando atacamos a la comunidad por ello, sin intentar ser constructivas, solo entramos en la rueda viciosa de las redes sociales, porque entonces ese post tiene más interacciones, más caso, lo que nos hace buscarlo aún más y entrar en cada polémica, una y otra vez. Y así, siempre sientes que te falta algo, que no te has enterado de algo, que la Comunidad no te quiere, etc.

Así que voy a resumir esto en dos puntos:

  • No olvides nunca que hay un algoritmo detrás.
  • Sé cuqui, que diría Lau, y construye una comunidad más inclusiva, posteando desde lo positivo, intentando construir y no destruir.

Elabora conscientemente tus prioridades

En cuanto a las compras y a las prioridades para abarcar, yo aconsejo tener muy claras cuáles son nuestras prioridades, e incluso elaborarnos una lista. Para ello, os aconsejo plantearos unas preguntas:

  1. ¿Me dedico a ello profesionalmente? Si es sí, elabora tus intereses profesionales. Si es no, pasa a la siguiente pregunta.
  2. ¿Qué temáticas me gustan?
  3. ¿Qué tipo de sistemas suelen cuadrar más con mi estilo de juego?
  4. ¿Cuáles son mis principios?

Y sí, entiendo que esta última os pueda resultar sorprendente pero para mí es una pregunta fundamental. Si tienes ciertos principios y abogas por la igualdad, prioriza autoras menos representadas. Si eres de izquierdas, ¿para qué quieres el enésimo juego de un autor que niega tus derechos? Si quieres derechos laborales, ¿quieres comprar de editoriales que sabes que no los cumplen? Así que, para mí, saber por qué estoy dispuesta a pasar y por qué no, es un elemento fundamental para elaborar mi lista.

Si tenéis curiosidad, mis prioridades se regulan de la siguiente manera, y llevan así un tiempo tanto para novela (donde empecé a practicar esto derivado de mi necesidad de poner en valor y descubrir autoras novedosas fuera de las cosas más tradicionales) como para juegos de rol, y no me arrepiento en absoluto:

  1. Autoras: hombres no cis en general, mujeres y gente no binaria en particular. Están infrarrepresentadas y, si tengo dinero limitado, quiero apoyarlas.
  2. Nacionales : prefiero un autor nacional a un internacional. Muchas veces se valora más lo que viene de fuera y no se deja espacio al talento local. Es hora de cambiar eso.
  3. Terror o Infantil: Un juego de terror irá por delante de otros géneros, así como los juegos infantiles, ya que ahí se juntan mis intereses personales y profesionales.
  4. Temática LGTBI, igualdad de género: si aborda de una manera clara cualquiera de estos dos temas, es más probable que lo compre y/o lo pruebe.

Conclusión

Aprender a llevar el FOMO es una de las cosas que más me está costando últimamente respecto al rol, especialmente al empezar a dar mis primeros pasos profesionales. Siempre tengo la sensación de saber menos que la gente, de enterarme de menos, de poder permitirme menos. Da igual las horas que juegue, nunca son suficientes; da igual las partidas que vea o los libros que compre, no parecen ser suficientes; da igual los seguidores que gane en RRSS o las interacciones, siempre parece que es insuficiente, que soy insuficiente.

Os he leído a muchas últimamente con reflexiones parecidas y sé lo duro que parece, pero voy a cerrar dándo unos consejos, que son tanto para mí misma como para todas las que me estéis leyendo:

  • Somos suficientes, no intentemos dar más de lo que podemos abarcar.
  • Cada pequeño grano de arena cuenta, aunque parezca perderse en medio de la inmensidad del desierto. Si te apetece hacer una ayuda de juego o un minijuego, hazlo. ¿Porqué no? ¡Expresa tu visión!
  • Nadie puede abarcarlo todo, ni quien parece saber mucho todo el rato.
  • Hablemos con humildad pero permitámonos ser humanas y errar. Nosotras también podemos opinar.
  • Seamos constructivas, ayudemos a hacer una mejor comunidad.
  • Apoyémonos unas a las otras cuando alguien sienta FOMO. Juntas, se pasa antes.