por Mirella Machancoses

La semana pasada , en una cadena de twitter, Steff Figal me sugirió esta TED talk como la que yo daría y… para qué mentirnos, me pareció una idea excelente. Así que me he animado a ello e intentaré hacer un recorrido por los siglos XVIII, XIX y principios del XX para que tengáis una idea de por dónde comenzar a buscar vestuario histórico para vuestros personajes. Por que, ¿a todos nos gusta vestir bonito, verdad?

Una pequeña advertencia: este es un recorrido de inspiración que centraré sólo en la moda europea del siglo XIX y lo justo anterior y posterior. Dejo fuera un montón de tendencias en el resto del globo, que requerirían un recorrido aparte, así como las tendencias propias de las clases más bajas.

La ropa rococó (finales del siglo XVIII)

Empezaremos este recorrido por la segunda mitad del siglo XVIII, en lo que los ingleses llama periodo georgiano. A principios de siglo, encontraremos, en la moda femenina, miriñaques más circulares, mientras que a finales de siglo, serán más alargados, característicos de ese look «Maria Antonietta» que muchas tenemos en la cabeza. Os intentaré dar unas pinceladas de los tipos de modelos más habituales. Siempre centrado en las clases más altas, pues si no no saldríamos de este primer periodo.

Robe à l’Anglaise

Esta ropa, llamada así porque imitaba el estilo inglés de vestir, se compone de un cuerpo estrecho, ajustado a la figura, formando la forma de un embudo, y una falda rectangular. Este modelo se inspiraba, a su vez, en la moda española del siglo XVII. Permitía lucir riqueza de los tejidos, y mostrar la decoración curvilínea típica del periodo rococó. La mayoría de faldas se abren en el frente, y exponen una bajo falda también bastante decorada. Para sujetar el traje se usaba lo que se conoce como panniers, unas estructuras semiesféricas que sujetaban la falda en esa característica forma.

Robe à la Française

Aunque su silueta es similar a la de la robe à l’anglaise, también sobre paniers, y con un corsé muy ajustado, plano por delante, que eleva bastante los pechos. Sin embargo, podemos distinguirlos por dos elementos característicos: los pliegues Watteau, colocados en la espalda a guisa de capa, y la pieza del estómago, de forma triangular, enderezada con ballenas, y que se utilizaba para cubrir la vista del corsé en el pecho, normalmente profusamente decorada con lazos o seda plegada.

Este vestuario a la moda de la corte francesa, era el más elaborado del momento, y será contra el que actúe la Revolución, imponiendo la moda de inspiración neoclásica de la que hablaremos más adelante. En cuanto a la medida de los panniers, dependía de la clase social, llegando en la corte tanto inglesa como francesa a tomar unos tamaños bastante considerables,

Robe à la Polonaise

El último estilo que se pone de moda en esta época también tiene una inspiración nacional, en este caso polaca. En España se la suele conocer como polonesa. Está inspirada en la ropa más rural, y resulta más cómoda y menos artificiosa que la de las otras dos previamente mostradas. Se caracteriza por una sobrefalda que podía ser remangada mediante pequeños cordones, normalmente formando tres recogidos. La ropa interior y los soportes no se distinguían de las anteriores.

Moda masculina

La ropa masculina de este periodo está caracterizada por las sedas, los vivos colores y los bordados que inundaban lo que comienza a ser el futuro traje de tres piezas. La levita y los largos chalecos son las piezas más importantes, así como los pantalones acortados por las rodillas, complementados por ricas medias y zapatos con algo de tacón. Un buen gemelo resultaba atractivo, por lo que muchos hombres usaban relleno bajo las medias.

La ropa de inspiración neoclásica (el cambio de siglo)

La revolución francesa no sólo marcará la vida política y cultural si no también la moda tanto europea como americana de estos momentos. La ostentación de la corte francesa el periodo anterior es dejada atrás y se busca un punto de ruptura, comenzando una nueva moda, de carácter más sencilla, inspirada en la antigüedad clásica. Es lo que se conoce como moda regencia en Inglaterra, o moda Imperio en Francia y España. De hecho, hoy día, el corte bajo pecho característico de estos diseños sigue recibiendo el nombre de «corte Imperio».

La ropa femenina

La ropa femenina pierde volumen y la mayoría de la estructura que caracterizó el siglo anterior. Los vestidos son sencillos, de telas vaporosas, recogidos bajo el pecho y con caída en recto desde ahí. A finales del siglo XVIII, tienen más tela, recogida en un gran frunce detrás, mientras que a principios del XIX serán cada vez más sencillos. Se usan mucho los brocados, las telas ligeras y el algodón impreso que viene de la india. En general, y será aplicable para todo el siglo XIX, las mujeres solteras visten de colores más claros que las casadas. Los trajes de noche, por su parte, suelen ser blancos o muy claros para ayudar a la visibilidad con la mala iluminación a vela que tenían los bailes, además de lucir grandes escotes.

El sombrero característico de esta época son los bonetes, que se reutilizaban cambiando las cintas, aunque también estaban muy de moda los turbantes. Las señoritas siempre llevaban guantes, normalmente largos para cubrir los brazos que las mangas cortas típicas del periodo dejaban a la vista. El chal también era un complemento muy habitual. Se solían cubrir con unas chaquetas cortas que llamamos spencer o con unos abrigos largos conocidos como pellices.

La ropa masculina

La ropa masculina sigue el corte del siglo anterior, pero una sobriedad muchísimo mayor, proveniente también de la influencia de la revolución. Encontramos la típica chaqueta corta por delante y larga por detrás, pantalones de cintura alta, que se abrochan delante con doble abotonadura y que pueden ser largos o cortos, en ese último caso, con botas altas o media y zapato. La chistera será el sombrero predominante tanto de día como de noche, llegando a tener bastante altura.

El siglo XIX

El siglo XIX es un momento muy complejo para la historia de la moda, ya que la revolución industrial y la mejora de las comunicaciones, tanto visuales como físicas, hacen que el vestido pueda cambiar muchísimo más rápidamente, y que los cambios penetren muy rápido en la sociedad gracias al nacimiento, entre otras, de las revistas de moda. Voy a intentar hacer un breve recorrido por cada estilo, para que tengáis de dónde tirar para vuestra documentación rolera. Recomiendo, a partir de mitad del siglo, recurrir a la BNE donde podéis consultar todas las revistas de La Moda Elegante.

Moda romántica (1820-1850)

Como siempre, los términos cambian según países. Para España, la moda romántica pilla más mitad del siglo, pero en general a nivel europeo se suele usar este término para referirnos a la moda entre 1820-1850. Los trajes regencia van bajando poco a poco el corte hasta la cadera, y las faldas comienzan a ampliarse y abullonarse gracias a la existencia de una serie de capas de enaguas encordadas. Las mangas, por su parte, adquieren la forma que conocemos como «de jamón», por su gran amplitud. Los peinados aumentan de tamaño, siendo muy característico del momento el conocido como peinado jirafa. Por el día, las mujeres suelen seguir portando bonetes, pero se incorporan también algunos de ala mucho más ancha.

En cuanto a la moda masculina, no cambia demasiado respecto a la regencia, aunque se ponen de moda los abrigos por media pierna conocidos como frock coats. Los chalecos abren un poco más y el pañuelo es sustituido por corbatines más discretos. La chistera alta sigue siendo el sombrero predominante para la moda masculina.

Crinolina (1850-1870)

Siendo un poco general con los tiempos, mitad del siglo XIX está caracterizado por la presencia de una prenda que marcará la forma de la moda femenina: la crinolina o miriñaque; un armazón rígido que permite ampliar la falda hasta extremos insospechados. Si recuerdas a Scarlata O’Hara, ¡eso es lo que está vistiendo! Este es el primero de los estilos que se engloba bajo la moda victoriana, junto al polisón y el estilo «fin de siglo».

La moda femenina se caracteriza por esas grandes faldas sustentadas por la crinolina, y corsés que ayudan a hacer una cintura de avispa. En la parte superior, los vestidos de noche se caracterizan por corpiños ajustados, con apenas manga, y gran escote tipo barca o pico, con los hombros caídos, mientras que de día, se llevan camisas garibaldi, o cuerpos con mangas de pagoda (tipo abanico). Las telas varían mucho, desde las más ligeras, que dejan ver los forros, hasta las más pesadas como sedas, moirés y brocados. Los peinados suelen ir con una o dos rayas al medio y moños bajos y, en cuanto a los sombreros, se combinan aún los bonetes con sombreros totalmente planos y casi sin copa. A finales del periodo, las crinolinas comienzan a alargarse por detrás, empezando a derivar hacia el polisón.

En cuanto a la moda masculina, este momento implica ya la fosilización de dos prendas que han llegado hasta nuestros días. Por un lado, el chaqué, derivado de esa ropa regencia, largo detrás y corto delante, que baja en semicírculo, en telas más variadas y que es el traje de día por excelencia. Mientras que de noche se fosiliza el frac, también derivado de la regencia, pero totalmente corto delante y largo detrás, con chaleco y pajarita siempre en blanco. Aún se conserva bastante color y usan cuadros, etc. en el vestir, que poco a poco se irán perdiendo.

Polisón (1870-1890)

El siguiente periodo lo marca, en la moda femenina, la transformación de la crinolina en lo que conocemos como el polisón o, lo que es lo mismo, esos preciosos vestidos de culo-mesa camilla tan típicos de las películas ambientadas en las victorianas, sobre todo, algunas góticas (¡aunque Drácula estará ya en el siguiente periodo!).l

La moda femenina tiene tres periodos diferenciados dentro de éste: primer polisón, natural form y segundo polisón. No entraré en detalles, salvo que en el periodo intermedio la estructura desaparece casi por completo, creando una forma más «natural» (mentira xD) y vuelve a surgir más fuerte que nunca. Los cuerpos de noche se parecen bastante a los del periodo anterior, con esos grandes escotes, y las faldas acumulan capcas y capas de tela, y para las cenas o el teatro, unas grandes colas, muy fáciles de pisar. El traje de día tiene cuerpos cerrados y entallados, con clara influencia del traje masculino, e incluso del militar en muchas ocasiones.

En cuanto a los complementos, se pierde por completo el uso de los bonetes, pasando a ser sombreros de un tamaño muy pequeños, e incluso importados de la moda masculina como las chisteras. Y, por cierto, igualq ue en cualquier momento del XIX, y seáis hombres o mujeres, ¡no os olvidéis vuestros guantes! Además, si vais a salir al sol, no olvidéis la sombrilla…

La moda masculina, por su parte, sigue la estela de las décadas anteriores, y cada vez nos acercaremos más al traje moderno. A partir de estos años, se incorporan además otros sombreros, como el bombín, muy típico de las clases más medias.

Ropa masculina de 1886, donde se pueden ver varios estilos predominantes en la época.

Fin de siglo (1890-1900)

La moda finisecular se caracteriza por la forma de reloj de arena de la figura femenina, aunque si intentáis buscar en internet, mejor usad el término inglés «hourglass figure». Se pierde el polisón para ser sustituido por unas mangas anchas, en forma de jamón, y unas faldas de forma acampanada. Aunque nos recuerdan a los trajes románticos, los podemos distinguir por cuerpos más abullonados y mangas mucho más anchas incluso. Igual que en ese momento, requerían sujeciones internas y cojines para mantener las formas. Los sombreros suelen estar profusamente adornados con flores, lazos y plumas. Por la noche, los escotes son cuadrados y las mangas cortas y abullonadas.

La moda masculina será ya prácticamente igual que a principios del siglo XX. Por lo que la trataremos junta en el siguiente apartado.

Principios del siglo XX

Incluyo esto aquí porque soy firme seguidora de Hobsbawn y considero que el largo siglo XIX llega hasta la I Guerra Mundial, así que os voy a contar también la moda de estas dos primeras décadas del siglo XX, que además nos sirven de epílogo de la moda anterior, en lo que solemos conocer por influencia inglesa como moda eduardiana, o por la francesa como Belle Epoque (aunque esa denominación coge también Hourglass figure).

1900-1910

Aunque ambos periodos son considerados moda eduardiana, en moda solemos referirnos con esta denominación a esta primera década del siglo XX. La figura de la época anterior se transforma, agrandando los pechos hacia lo que se conoce como «pecho de paloma» (mediante la incorporación de rellenos), y la silueta femenina tiene una forma de S hacia atrás, con corsés largos que la provocan. Las mangas se encogen, y las faldas se pegan algo más al cuerpo, aunque manteniendo aún la forma acampanada, muchas veces con cola.

En cuanto a los complementos, los sombreros son variados. Destacan los de ala anchísima, profusamente decorados con flores, puntillas, etc. Pero también se incorporan otros más discretos como los canotiers, que vienen de la moda más deportiva, en la que no hemos querido entrar en este pequeño recorrido. Como curiosidad, las damas más a la moda son conocidas como las «Gibson Girls» y el peinado del mismo nombre, abullonado alrededor de la cabeza y con moño arriba, es muy típico del periodo.

En cuanto a la moda masculina, ahora sí tenemos ya los chaqués de corte más sobrio por el día, acompañados de ropa derivada de la deportiva, y de noche los fracs negros con chaleco y pajarita blanca. Recordemos que la pajarita en este momento es de lazada y no prehecha. Los sombreros son mucho más variados: siguen las chisteras, los bombines, y comienzan a incorporarse otros como el canotier. Esta moda continuará también durante la década siuiente sin demasiados cambios.

1910-1919

En esta década se desarrolla lo que conocemos como «moda Titanic» debido al hundimiento de ese barco en 1912. Así que todos los que habéis visto la película, tendréis en mente ese precioso vestido que luce Rose durante la fiesta. ¡Esa es precisamente la moda del momento!

El corte sube de nuevo bajo del pecho, cambiando por completo la silueta. Tomando de referencia esa moda de principios del XIX, pero cambiándola sutilmente. Sobrevestidos, camisas anchas, sombreros o grandísimos o pequeños… la variedad cada vez es mayor. También es el momento en que Poiret pone de moda los amplios pantalones bombachos, y la mujer irá mucho menos sujeta que en las décadas anteriores, poniendo las bases de lo que será la moda de los años 20, en la que ya no entraremos.

Fashion plates mostrando la moda de mediados de la década de los 10.

Si habéis llegado hasta aquí y habéis leído todo mi tocho de moda y os ha gustado, ¡muchísimas gracias! Si os apetece que haga esto para otras etapas, dejadme un comentario 😉 Y de premio os dejo un línea cronológica de cómo evoluciona la figura, que espero que os sean de ayuda cuando queráis vestir a vuestros personajes.

Evolución de la figura femenina 1750-2000. Kent State Museum.