Rol epistolar

por Mirella Machancoses

Hoy vengo a hablaros de otra modalidad de jugar a rol, quizá mucho menos conocida que otras que hemos tratado con anterioridad. Me refiero a aquel que se juega a través del intercambio de cartas escritas en personaje entre los jugadores, o lo que es lo mismo, el rol epistolar.

¿Qué es el rol epistolar?

Este género incluye todo el rol que se juega mediante el intercambio de epístolas entre los jugadores participantes que las escriben, en todo momento, como si fuesen los personajes que se han creado. Tradicionalmente, se ha realizado a través del correo postal, emulando muchas veces el correo del pasado. Hoy en día, hay quien se ha digitalizado y lo juega mediante el correo electrónico, aunque muchas veces poniendo cuidado en la redacción de la carta a mano, que se adjunta escaneada.

Podríamos resumirlo en las siguientes características:

• Las cartas se escriben en personaje
• Es asíncrono
• Puede ser físico o digital

Tipos

A partir de estas características básicas, hay varios modos de juego y desarrollos posibles del rol epistolar. A continuación os dejo algunos de ellos.

• Con/sin narradora dedicada. El juego epistolar puede surgir gracias a una persona que coordina el intercambio (máster o narradora), que recopila las diferentes historias de los personajes y entrelaza los contactos para crear una red tupida que permita un intercambio óptimo de misivas. Además, la narradora puede crear eventos que se comunican a las jugadoras y que pueden ayudar a generar juego (por ejemplo, con la ayuda de un boletín o periódico que reciben). También existe la opción de jugar sin ninguna coordinadora, partiendo de una misma premisa, repartiendo aleatoriamente los contactos y dejando en manos de las jugadoras crear las historias e ir relacionándolas.
• Basado en un juego preescrito. Otra posibilidad es basarlo en un juego preescrito, ya sea para usar la ambientación de un juego de rol tradicional (como D&D o La Llamada de Cthulhu) o usar alguno especialmente diseñado para ello, como es el caso de De Profundis. Usar un juego específico te da la ventaja de aportarte un modo estructurado de creación de personaje, así como pautas para organizar y coordinar el intercambio epistolar.
• Dentro de un rol en mesa/o en vivo. Escribir misivas en personaje dentro de una partida de rol en vivo o en mesa ha sido una de los modos más tradicionales de desarrollo del rol epistolar. Esto puede hacerse totalmente integrado en el juego (como se hizo en Harem son Saat, donde las cartas tomaban un rol importante sin cortar el flujo de juego en sí), o como una fase independiente dentro del juego, más o menos estructurada. En este sentido, nosotros usamos mucho en las campañas de rol de mesa el mandar cartas a personajes ausentes, o a nuestros contactos, totalmente en personaje, que nos permiten desarrollarlos entre sesiones. Pero esto se puede llevar de una manera más estructurada, como propone Good Society, que tiene una fase epistolar dentro de los ciclos de juego establecidos. También he visto usar este tipo de fases en rol en vivo, sobre todo en vivos de salón por escenas diferenciadas.
• De la carta al vivo o la mesa. Hay algunos proyectos de rol epistolar, como La Sociedad de las Tres Rosas que está coordinando nuestra compañera Aryanna CTHK, en que el que, pese a ser las cartas el medio habitual de desarrollo de la partida, en algunas ocasiones pueden realizarse partidas específicas para resolver ciertas cosas (en este caso, en vivo). De esta manera, se pueden combinar ambos formatos, resolviendo por otros métodos narrativos el momento en el que se encuentran en persona los personajes.

Pros y contras

Quiero analizar de forma breve los pros y contras que le he encontrado al rol epistolar a lo largo de los años. Obviamente, mi opinión no tiene porqué corresponderse a la de otros jugadores de este género.

Como ventajas podemos resumir las siguientes:

• Permite un juego pausado y reflexivo.
• Puedes explorar la fisicalidad de la carta: papeles, escritura con plumas, colores, dibujos, etc.
• Hace ilusión encontrar una carta no-comercial en el buzón.

Las desventajas, que pueden parecer bastantes, para mí quedan algo subyugadas a lo que te permite descubrir el género por sí mismo, aunque lo hacen difícil de desarrollar en muchas ocasiones:

• Puede ser lento.
• Implica bastante compromiso por parte de los participantes
• Requiere desembolso económico a lo largo del tiempo

Consejos

Por último os dejo una serie de consejos que he aprendido con los años sobre desarrollar este tipo de partidas:

• Sé constante contestando las cartas. No hace falta tener prisa, pero un buen ritmo nos ayuda a mantener la ilusión a todos.
• Busca un sello de identidad del personaje a la hora de escribirlas: ¿Qué letra tiene? ¿Usa un papel o una tinta de un color inusual? ¿Escribe quizá con faltas de ortografía? ¿O por el contrario tiene un estilo muy rimbombante? Recuerda que la carta la escribe el personaje, y no tú.
• Habla de antemano las expectativas del resto de las jugadoras respecto a la partida: número de contactos, frecuencia del intercambio, etc.
• Usa herramientas de seguridad, y pacta los temas de antemano. Como consejo, se puede incluir en el propio sobre una pequeña tarjeta con límites y velos para que la otra persona lo sepa, o cualquier comentario fuera de juego que pueda ayudar a mejorar el intercambio y que todas nos sintamos más cómodas.
• Incorpora props si puedes permitírtelo. ¿Quieres comprarle algo al propio jugador? Adjunta un cheque o unos billetes. ¿Estás hablando de una pieza arqueológica? Prepara un boceto. Con un poco de imaginación, se pueden crear cosas realmente interesantes que aportan un montón a la experiencia de juego.
• Haz una copia (una foto con el móvil o similar) de todo el material que envíes, así lo tendrás de recuerdo y de referencia de lo inventado para futuras cartas.

Y con estos breves consejos, sólo me queda agradeceros que hayáis llegado hasta aquí y deciros que le deis una oportunidad al rol epistolar, ya sea para complementar vuestras tradicionales partidas o para iniciar una por sí misma. Depara muchas sorpresas y es un método cómodo para aquellos que no tienen mucho tiempo de continuo.