por Mirella Machancoses
Este domingo, en una partida con un grupo nuevo, la narradora comenzó hablando de las herramientas de Seguridad, y, en seguida, la única novata del grupo, puso cara de terror. Lo mismo pasó hace unas semanas cuando dirigí Asesinato en Ochagavía en Espai Rebombori. Esto me ha llevado a pensar, ¿por qué asusta tanto hablar de seguridad? ¿Cómo podemos acercar estas herramientas a las personas novatas sin asustarles?
Un poco de contexto
El tema de la Seguridad es uno que hemos tratado numerosas veces en el blog. Es un tema que nos apasiona a todos los integrantes de Gorgona y así os lo hemos intentado acercar. Con herramientas de Seguridad nos referimos a todos esos mecanismos que se ponen en juego para hacer un espacio más seguro a todos los niveles. Si habéis llegado aquí y queréis saber a qué me estoy refiriendo, os recomiendo que os leáis estos dos posts: el que habla de las herramientas en sí mismo, y el que trata el porqué son tan imprescindibles.
Dejado esto dicho, no quiero repetir aquí los argumentos ya tratados, sino adentrarme en el problema más acuciante que he visto en los últimos tiempos y no trato en el anterior artículo: las personas novatas se asustan al oír hablar de Seguridad.
Por qué asusta hablar de Seguridad
La reflexión que llevaba semanas gestándose en mi cabeza era esta: ¿por qué asusta tanto hablar de seguridad? No ha sido hasta la partida en mesa de este domingo cuando he empezado a entender un poco por dónde iban los tiros.
Mi hipótesis es que no estamos acostumbradas a hablar de seguridad en nuestras vidas, en ningún contexto. Las cosas son como son, y no solemos poder marcar límites claros, y mucho menos que nos digan «está bien parar si no estás cómoda», «aquí tienes los medios necesarios para sentirte segura». Y, claro, si nos dan esta agencia, parece que estemos realizando una actividad peligrosísima.
La pregunta que suelen hacer es «¿tan duro es esto?», «¿tantos temas peliagudos se tratan?» y, en sus caras, se puede ver lo siguiente «¿Me habré equivocado viniendo yo a jugar a rol? Igual esto es peor de lo que imaginaba». Y claro, eso es un problema, que no siempre es fácil solucionar en el momento.
Yo ahora veo esto como las instrucciones de seguridad del avión. Es imprescindible que las azafatas hablen de ello antes de cada vuelo. Y, sin embargo, a quien vuela por primera vez le pueden dar más vértigo que no conocer los riesgos; y a aquellos que han volado mil veces, les pueden parecer tediosas y repetitivas. Pero nadie las quitaría, porque son importantes. Más vale repetirlas de nuevo y poner nervioso a alguien, que que la gente no sepa actuar en caso de accidente. Y eso que un avión es un medio de transporte más seguro que otros como el coche. Pues en el rol, lo mismo.
Posibles soluciones
Las soluciones, por supuesto, no son fáciles. No se pueden quitar las herramientas de seguridad solo «porque asustarán a los novatos». Para mí, lo esencial es que creemos una comunidad sana entre todos, en la que se pueda decir claramente que hay límites, que aprendan que la seguridad es parte de nuestro hobby, como poco a poco tendrá que ser parte de todo. Y es que negociar los límites y saber frenar a tiempo es sano, en el rol y fuera de él.
Así pues, os propongo unas cuántas estrategias para que os sea más sencillo introducir a novatas en los sistemas de seguridad:
- Introducid las mecánicas de Seguridad como algo que es parte del juego.
- Explicad el porqué se utilizan de una manera clara y sencilla.
- Usad ejemplos que no sean tan graves, especialmente si vuestra partida no trata temas peliagudos. Por ejemplo, si vais a explicar la tarjeta X, puedes decir que alguien quiere parar por ver un perro en peligro, porque nadie sabe si tienes fobia a los perros, o ha fallecido el tuyo hace poco.
- Haced ver que nadie sabe cómo se encuentra la otra persona con la que juega, y que está bien frenar si algo te incomoda, porque la comodidad de las jugadoras está por encima del juego.
- Reafirmad que las mecánicas de seguridad no se usan porque el juego sea inseguro en sí, si no para que la gente tenga confianza para explorar cualquier tema sabiendo que sus co-jugadoras van a poder frenar, o sabiendo los límites del resto de participantes.
- Si usas líneas y velos de algún tipo, intenta poner algún ejemplo propio para que se sientan seguras de compartir sus propios miedos.
- Si es un rol en vivo que preparas con tiempo, incluye las líneas y velos en el cuestionario de inscripción, así te aseguras que puedes quitar esos temas de las fichas y compartirlo por escrito suele ser más fácil que delante de muchas desconocidas.
Y, vosotras, ¿Tenéis algún método en particular para hacer la introducción a la seguridad? ¿Os habéis topado con este problema en vuestras mesas/vivos con novatos o en contextos no roleros? ¡Me encantaría oír vuestros comentarios!
febrero 2, 2022 a las 12:58 pm
En mis mesas, yo siempre digo que la «sesión cero» es obligatoria para todos y la inicio diciendo las cosas que no va a haber en la partida porque me hacen sentir incómodo a mi (violencia sexual o contra mascotas, por ejemplo). Si el primero en revelar sus vulnerabilidades es quién dirige la partida, da la sensación de que es más cómodo para los demás.