por Janire Roldán

Datos técnicos

NombreDespués de la Oscuridad (original: After Dark)
AutoresMo Holkar. Adaptado por Irene Marcelo para Producciones La Sierra.
Duración1-2 horas
Nº jugadores7
Formatoonline, organización participa de forma activa e integrada
TemáticaPlaga, drama, play-to-lose
Cartel del evento cedido por Producciones La Sierra

Pequeña reseña 

El juego “Después de la Oscuridad” consiste en una reunión online de trabajadores de un Instituto de Educación Secundaria en medio de una terrible pandemia conocida como la Peste Gris. 

Lo que a priori puede parecer una simple reunión de profesores es, en realidad, una auténtica experiencia de juego debido a varios elementos:

  • Se juega completamente a oscuras. La Peste Gris es una enfermedad que afecta más rápidamente al sujeto si hay luz, por lo que la estancia tiene que estar en completa oscuridad, únicamente iluminada por la luz que emana de la pantalla. 
  • Se juega en silencio. Al igual que con la luz, la enfermedad es sensible a los sonidos. Para comunicarse con el resto de jugadores o la organización, se utiliza el teclado. 
  • Expresar sentimientos se paga con un alto precio. La Peste Gris no se contenta con privarnos de los sentidos de la vista y del oído, también hace que enfermemos rápidamente si no logramos mantener la calma y nos dejamos llevar por fuertes sentimientos.
  • Cuando un personaje muere debido a la enfermedad, se apaga la conexión de vídeo, dejando que los demás jugadores vean una pantalla en negro.

Y todo esto mientras se intenta realizar un último claustro de profesorado donde van saliendo los trapos sucios de cada uno de los miembros que componen la reunión.

Si jugar en estas circunstancias ya supone un reto en condiciones normales, lo es más si estamos dispuestos a dejarnos llevar por el ritmo frenético del juego y dejamos que nuestros personajes vayan siendo conquistados por la enfermedad, uno por uno.

Es realmente emocionante verse enfrascado en una discusión por chat mientras ves cómo las pantallas se van volviendo negras y piensas “yo puedo ser la siguiente.” La atmósfera es completamente envolvente, con la sensación de que da igual lo que hagas o digas porque únicamente estás retrasando lo inevitable: apagar la cámara y dejar una pantalla en negro.

Una experiencia muy, muy recomendable y a la que me volvería a apuntar sin dudar.